martes, 29 de marzo de 2022

Santos Domínguez. La orilla del invierno

LA ORILLA DEL INVIERNO (Fragmentos)
 
I
 
Surcarás otros mares de amarga geografía.
Volverá con las naves la paloma del sueño,
el velo del ocaso, la túnica del alba fría de los inviernos.
II
 
Sobre este mar de sueños el ocaso te avisa
acantilados. Sube
a la gavia más alta.
Date al recuerdo, cruza la estela de la espuma
azul de las trirremes: ceniza leve, sombra
arcana de los días.
Noche
antigua del sentido.
III
 
Vuelves a la ciudad dormida. Las hogueras,
presagio ritual de la noche de niebla
en los bosques fluviales. Sobre los arrabales,
la lepra de los muros y las torres del sueño.
Decadencia del mundo al sur de la penumbra.
IV
 
La ruina de los templos, la hojarasca,
el musgo en el jardín y el peristilo,
indicios, Livio, dan en esta noche
del rito de las horas: el salitre en la oscura
acrópolis del tiempo.
Avisa a los augures. Por la almena
de ortigas y cicuta, el centinela
pide la contraseña al verdín que ya gana
con sus manos leprosas
el teatro y las puertas negras de la muralla.
V
 
Lenta baja la tarde hacia los arrabales
del sueño o de la luz:
tras la niebla encendida
el agua recupera el pulso subterráneo
del tiempo: ya es de noche.
VI
 
¿Qué oscuro capitán lleva la nave a un puerto
de poniente, a la niebla cruel del acantilado?
Seguimos en silencio
el ritmo indiferente de las constelaciones.
VII
 
Fanal de la nostalgia: detrás de la necrópolis
por el valle galopa el caballo del sueño:
sus cascos oscurecen las aguas pantanosas
de la marisma turbia.
Tabletea por el puente de musgo y hiedra negra:
ah, frágil recorrido del hombre hacia la sombra.
VIII
 
Con esa obstinación inútil de las olas
que van y vienen, van
y reiteradamente vuelven,
tu corazón se rompe contra el acantilado
alto de las estrellas
calcáreas e impasibles.
IX
 
Mascarones de ausencia y sargazos de niebla
cruzan los litorales de tirso y malvavisco.
Esta noche de invierno fermentan los recuerdos:
el mar es un caballo con las crines de espuma
y hay brea en la tristeza licuada de los puertos.
X
 
Litoral de los sueños: la torre blanca, el musgo
y los puentes de niebla en los pinares negros.
Sólo vuela el vencejo, procesión agorera
de las noches del mundo.
¡Ah, mar caliginoso de diciembre y ventiscas!