¿Recuerdas lo que queda de
la vida?
Javier Egea
Desde un paisaje helado en la memoria,
desde un sueño de espejos sin
fondo y sin futuro
sobrevive en nosotros
un oscuro estribillo
indescifrable
que entona en ningún sitio algún
coro de sombras.
Bajo esta
luz ilesa nadie lo ve. La sombra
se incorpora al vacío de una
nada que habitan
nombres, miradas, bosques
oscuros de cipreses.
Me acuerdo del futuro: la
tarde va pensando
un sur de manantiales y una
silueta en sombra
se disuelve en la niebla.
Nadie lo ve. La sombra se
incorpora al vacío
y el viento se desliza
tranquilo sobre el agua.
Volverá, como vuelve,
a este cielo sin pájaros y a
esta oscura llovizna
la bóveda nocturna horadada
de estrellas.
En la niebla salobre, bajo
el agua invertida,
se desangra una rosa
suavemente en la orilla
con la tristeza azul de las
tardes de invierno.
Excelente.
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